martes, 12 de febrero de 2013

Disfruta del momento…paso 6: Lluvia de Alabanzas

 
Tras la sonrisa (aquí) y la gratitud (aquí), encuentro lógico que entre los pasos que nos encaminan a disfrutar del momento se encuentren las alabanzas.  



Porque así como la sonrisa y la gratitud interiores nos conectan con la mejor versión de nuestro yo y nos producen una sensación de bienestar, el alabarnos o el elogiarnos cuando hacemos algo bien nos hace aumentar nuestra propia autoestima. Y todos sabemos que cuando estamos con la autoestima alta, estamos más contentos y somos más receptivos a todo lo bueno que nos rodea y, por tanto, disfrutamos más del momento presente.
 
Por otro lado, están también la sonrisa y la gratitud exteriores, aquellas que dirigimos a los demás y que sirven para que transmitamos nuestra energía positiva a aquellos que nos rodean y que con ello éstos se sientan bien.

Pues lo mismo sucede cuando vertemos nuestras alabanzas sobre aquellos que nos rodean, cual lluvia tras la sequía (argggg, qué cursi me ha salido esto!!!). 

El librito que estoy siguiente propone el siguiente ejercicio para que “observemos” el resultado que puede ejercer el alabar a otra persona:
 
“Piensa en alguna persona de tu entorno que últimamente lo haya estado pasando mal, que haya perdido la clase de confianza y soltura que solo puede salir de dentro. Luego reflexiona sobre qué es lo que valoras de esa persona. Ha llegado el momento de hacérselo saber. Deja claro que llamas únicamente para decirle que la aprecias. Observa lo que sientes al expresarlo con palabras. Observa si tus palabras provocan alegría, vergüenza, una mezcla de ambas cosas, o algo completamente distinto. Luego durante las semanas siguientes, observa si se produce algún cambio en vuestra relación.”
 
No sé vosotros/as, pero a mí me parece un ejercicio un tanto frío. Eso de “rebuscar” entre las personas que te rodean aquella que lo ha pasado mal últimamente, para decirle algo bueno con el objeto de “observar” su reacción al recibir la alabanza, y hacer un “seguimiento” de cómo afecta ese acto posteriormente a la relación….no sé, no sé.
 
Pero cada cual que adopte la actitud que considere mejor para seguir adelante en este camino que estamos siguiendo.
 

 
Yo por mi parte prefiero tomar la definición que nos da la R.A.E. de la palabra “alabar”: elogiar, celebrar con palabras, y a partir de ella hacer algo que poca gente hace hoy en día, y de éstos, pocos lo hacen desinteresadamente. Es decir,…seguir aquello de que si no puedes decir nada bueno de alguien no hables, y cuando puedas decir algo bueno…¡¡¡DILO!!!

 
 Así como os decía cuando comentaba el tema de la gratitud, que dar gracias no cuesta nada al que las da y produce alegría en el que las recibe, lo mismo sucede con las alabanzas, los elogios. A todos nos gusta que nos digan que ese corte de pelo nos favorece, que ese vestido nuevo que nos hemos comprado en las rebajas nos sienta muy bien, o que qué zapatos más bonitos llevamos. ¿No es cierto?
 
Pues qué poco nos lo dicen y qué poco lo decimos. Parece como si nos costara decirles a los demás lo que hacen bien o les sienta bien, como si aumentar la autoestima del de enfrente fuera a costa de reducir la nuestra.
 
¡¡Pues NO SEÑORE/AS!! Esto no es un balance de autoestimas, no hay una columna del debe y otra del haber, si aumenta una no tiene porqué reducirse la otra necesariamente. Todo lo contrario, al aumentar la autoestima (que no el ego, no nos confundamos) de aquellos que nos rodean, éstos se sienten mejor, y con ello se crea un ambiente de positividad, positividad que vuelve a nosotros.
 
Porque no nos olvidemos nunca que recibimos aquello que damos, que la energía tiene un efecto boomerang y si lanzamos energía positiva nos llegará energía positiva, pero si lanzamos energía negativa…luego no nos quejemos de lo que recibamos.

 
A más de uno/a todo esto le podrá parecer palabrería, tanto positivismo, tanta energía, etc, etc, Puede que lo sea, puede que no. Todo depende de la actitud que asuma cada uno/a y si está dispuesto/a sacarle el mejor partido a la vida que nos ha tocado a cada uno/a.
 
Yo por mi parte me siento bien sonriéndole a la gente, agradeciéndole las cosas y elogiándoles por lo bueno que hacen/dicen/tienen/…. Ya si el de enfrente hace lo mismo o no, es cuestión suya y de cómo se quiera sentir. 

Y vosotros/as, …¿qué opináis del tema?, ¿habéis probado a ver qué sentís cuando os alabáis por algo bueno que habéis hecho?, ¿y cuando hacéis/recibís una alabanza?  

Recordad que con vuestras opiniones y comentarios nos enriquecemos todos.

Besos!!

 
¿Quieres continuar el camino? Ve al paso 7: Baila!

¿Quieres recordar el paso anterior? Ve al paso 5: ¿Cómo respiramos?

1 comentario:

  1. Cierto yo también me siento muy bien sonriendo a la gente ; ) voy a aplicarme varias cosas que he leido por aquí!
    Beso
    Tania

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